martes, 15 de octubre de 2013

Emiratos Curiosos

Abu Dhabi es un lugar que ofrece experiencias inesperadas y lo mismo se podría decir del resto de ciudades en los Emiratos Árabes Unidos. Para la muestra, les comparto un número de situaciones que en Colombia  sería inusual encontrar.

Donde menos es más
Placa súper pesada
El estatus social de un ciudadano emiratí  se ve reflejado por el número de la placa que lleve su automóvil. Mientras menos dígitos tenga la placa, mayor es el estatus del conductor. 

Esto quiere decir que si usted va por las calles de Abu Dhabi o Dubái y ve un carro con una placa de un dígito, el vehículo debe pertenecer o a un miembro de la  familia real, o a un multimillonario como Saeed Abdel Ghaffar Khouri, joven de 25 años de edad, quien compró la placa con el número 1, por  de 14.5 millones de dólares americanos en una subasta de caridad. 

Todo ese billete ¡por una pinche placa!, dirían las señoras en Colombia. Y si les contara a las señoras  que el magnate estuvo dispuesto a gastarse ese día hasta 27  millones de dólares por la pieza, según el artículo que cuenta esta inusual historia.

El señor  Khouri le rompió el record a un familiar suyo llamado Talal Ali Mohammad Khouri quien había comprado el número 5 por casi 7 millones de dólares, unos años atrás.Como quien dice, cuando los Khouris se van de subasta, ¡Apártese... mi llave!

Con los Khouris, Colombia coronaría si consiguiéramos que nos hicieran  algunas donaciones: la Teletón cumpliría la meta mucho más temprano de lo esperado y de paso nos evitaríamos el madrugón y algunas horas de transmisión.Doña Nidia Quintero de Balcázar no tendría que pegarse la caminata de la Solidaridad por Colombia -ya no esta para esos trotes-. Muy probablemente, los grandes benefactores reencaucharían el banquete del millón y hasta nos darían una mano en el día de la banderita de la Cruz Roja colombiana.


El  estatus  social que garantiza una placa de automóvil en este pequeño mundo árabe, implica tener que soportar una andanada de papelitos con números telefónicos y mensajes que la gente -especialmente mujeres- deja sobre los  parabrisas de los admirados vehículos.

Y ni siquiera es la marca del carro  lo que despierta la atracción del público, sino  el número de dígitos, los  cuales son apetecidos y vuelan en las subastas. 

El número de dígitos es inversamente proporcional a su valor, en millones de dólares. En una  reciente subasta, el número 7 se lo llevaron por 3 millones de dólares y  el no muy agraciado 13  se vendió por 1.15 millones. La placa con el número uno en  Dubái se la adjudicaron recientemente a su alteza Mohammed bin Rashid Al Maktoum, primera autoridad en este emirato.

La costumbre de pagar altas sumas de dinero por el número de la placa, tiene sus seguidores igualmente en Hong Kong, en donde  una placa con el cabalístico número ocho, llega a valer hasta 15 millones de dólares.

Estas frivolidades numéricas hacen parte de la cultura de la abundancia y el desborde. No en vano se le llama a Abu Dhabi la ciudad del exceso: Todo se vale, por una obra de caridad y ¡bienvenida sea la generosidad emiratí!

El giro en U
Hacer un giro en U es perfectamente permitido en los Emiratos Árabes Unidos y la maniobra está claramente señalizada en todas las intersecciones de las ciudades. 

Los giros en U son muy útiles cuando,por ejemplo, el taxista se despaloma y se pasa del punto donde originalmente a uno lo debía dejar. 

Sucede con alguna frecuencia en  Abu Dhabi porque el conductor, o es nuevo y no conoce la ciudad, o porque no maneja el inglés, idioma que hace posible la comunicación en un maremágnum  de lenguas y dialectos que se pueden oír  en esta pequeña cosmo ciudad.

Creo que en Colombia se debería revisar esta prohibición y ver más bien los beneficios de poder siempre dar un reversazo: que se nos quedó el pasaporte camino al aeropuerto; que se nos olvidó la lonchera o el trabajo manual del muchachito; ¡que se nos quedó el muchachito! 

En fin. Para todo lo anterior, un simple giro en U nos ahorraría tiempo y angustia.Los dirigentes colombianos sí que se darían un banquetazo en  Abu Dhabi dando reversazos  a diestra y siniestra para luego practicarlos en  las decisiones, y contra decisiones, que toman a diario.

La calidad de vida sube

En la ciudad un buen número de pasos peatonales cuentan con ascensores y se convierten en toda una bendición y alivio para personas con discapacidad o con algún impedimento físico temporal, como una pierna en un yeso que lo obliga a usar muletas. 

Y ni se diga del beneficio para una embarazada o una señora empujando un coche con su bebé. La estructura de la foto se extiende a través de una congestionada avenida llamada Muroor y fue recientemente puesta al servicio de los ciudadanos.

A propósito, para un colombiano se convierte en toda una rareza que este tipo de obras se terminen dentro del tiempo estipulado. Ésta en particular la ejecutaron en aproximadamente dos meses.

Es también relevante anotar el sentido humano de la construcción al pensar en los más vulnerables, y también hacerla disponible para ellos,  dándole calidad de vida a su diario existir.

Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com) 

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