lunes, 25 de enero de 2016

La mujer que da luz

En la envolvente oscuridad de su habitación, Zahid sentía las frías patas de un húmedo insecto, que se movían  frenéticamente a lo largo de su pierna.

– ¡No! ¡No!  – exclamó aterrorizado, al mismo tiempo que salía disparado de su cama y comenzaba a correr como un loco, alrededor de su pequeño cuarto, sacudiendo su pierna derecha.

Para su fortuna, el inmenso escorpión, que esa noche lo acosaba, no alcanzó a picarlo y por esta ocasión, Zahid salió bien librado de la  aterradora experiencia.

La espeluznante noche de escorpión del joven campesino, tuvo como marco una aldea cerca a la ciudad de Bahawalpur en Punjab, en el centro-este de Pakistán. Hoy, para la tranquilidad de Zahid y del resto de los pobladores, las pavorosas y siempre oscuras noches de asedio, por parte de venenosos escorpiones y serpientes, son un temor minimizado, con la llegada de la luz al recóndito  poblado, en el inmenso Pakistán.


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La aldea hace parte de las regiones que se encuentran fuera del sistema de electricidad, que en Pakistán constituyen  un 70 % de la población, el equivalente a 50 mil pueblos.


Mujer con luz propia

Las oscuras y tenebrosas noches en esta olvidada geografía del mundo surasiático, son ahora iluminadas con lámparas a base de energía solar, gracias a un proyecto auspiciado por la fundación Buksh en conjunto con el Instituto de  Energía y Recursos de la India.

Para administrar y  liderar el loable proyecto, se escogió, por parte de los patriarcas del pueblo, a la señora Shamim -modista de profesión con 43 años de edad- quien por sus propios méritos de ardua trabajadora e íntegra ciudadana, se puede decir que es una mujer que brilla con luz propia.

Ahora todos me llaman la mujer luz, o Shamim Bibi– afirma con un tono de agradecimiento y regocijo–, en vez de avergonzarme con el título de “la viuda”, y todo por las cincuenta lámparas que tengo a mi cargo.
Shamim Bibi : mujer con luz propia
Shamim Bibi: mujer con luz propia

Así es, el trabajo de la señora Shamim es administrar las 50 lámparas, las que alquila a los pobladores por una ínfima suma de unos centavos de dólar. Ella recibe un modesto salario de 5.500 rupias pakistaníes –unos 174 pesos colombianos, 0.0524 en dólares americanos- y el uso gratis del valioso utensilio.

Además de las lámparas, Shamim está encargada de una planta de recarga de los aparatos y de las finanzas de la empresa, y todos estos conocimientos los adquirió después de haber tomado cursos facilitados por las organizaciones que patrocinan el gran proyecto. Adicionalmente, la iniciada empresaria tiene un joven secretario, quien la asiste en el manejo técnico de la planta.


Tela para cortar 

Con la llegada de la luz, a Shamin las horas de trabajo como modista se le han incrementado generosamente -en la noche- y ahora tiene más tela para cortar, tanto de ancho como de largo, como lo exige hacer un elaborado traje de bodas, que en estos momentos confecciona.

Un traje de boda– afirma con la voz  del conocimiento –, exige una gran dedicación y hay que trabajarlo por largas horas en la noche, y sólo con la ayuda de las lámparas lo podemos hacer; antes esto era imposible.


Primera luz y primeras letras

Años atrás, en la aldea de Shamim, la primera luz que los niños veían al nacer, se daba en un ambiente de un penetrante e insano olor a kerosén y a la luz de una opaca y melancólica vela.

Hoy con las lámparas de la mujer luz, los nacimientos de los niños sí que tienen brillo y -ahora- las parteras no pierden detalle del majestuoso acontecimiento. Y son, precisamente, los niños uno de los grandes beneficiados, ya que pueden estudiar en la noche con la apertura de centros de enseñanza y aprendizaje, lo que ha aumentado notoriamente los niveles de competencia lectora entre los escolares de la región.
Mostrando los nuevos útiles escolares (para nada inútiles)
Mostrando los nuevos útiles escolares 
Pero aquí no paran los beneficios y el nuevo bien de consumo parece tocar a casi todos los lugareños de la antes sombría aldea. Los pobladores de mayor edad, con dificultades visuales para leer, ahora disfrutan más los momentos de oración y recogimiento en noches y madrugadas.

El agricultor puede trabajar su tierra, lo que antes era una labor de alto riesgo por el gran número de serpientes que merodean los campos, con la complicidad de las sombras. Y ni se diga de la seguridad, un bien que ahora se refleja  con claridad, al verse disminuidas las acciones de salteadores de caminos y ladronzuelos de callejones. La luz parece dar para todo, hasta para traer de vuelta a un valioso servidor: el lechero nocturno.


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El brillo de una linda sonrisa lo generan las cosas pequeñas y sencillas

Los pedidos de las confecciones de Shamim siguen en notorio aumento, al igual que los ingresos de su economía familiar, y la de todo los pobladores. Ahora los niños aprenden más, las plegarias se hacen con alborozo, los partos se celebran,  las cosechas aumentan, y los alacranes se alejan, seguidos por los ladrones.

El gran brillo de luz parece no dejar a nadie por fuera y la vida en el remoto lugar lanza luminosos destellos de esperanza y oportunidad. Ahora la luz ilumina el presente y el porvenir de la aldea.


Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)
Abu Dhabi enero de 2016


Fuente

Gibbons, S. (2015, December 11). Lighting up a million lives - Fridaymagazine.ae. Retrieved from http://fridaymagazine.ae/making-difference/lighting-up-a-million-lives-1.1635279


Fotos : Friday Magazine

domingo, 3 de enero de 2016

El elefante azul de Shati


El inmisericorde bombardeo que sufrió el zoológico de Khan Younis, en la franja de Gaza, se produjo en el año 2008 y el impacto redujo la población animal a expresiones de una fauna disecada y melancólica. Le habían arrebatado a los niños de Gaza una de sus pocas opciones de entretenimiento como lo era visitar el zoológico y saber de la existencia de exóticas especies, que venían de lugares tan lejanos como América del Sur.


Un zoológico de penurias

El zoológico de Khan Younis sobrevive en una jungla de vicisitudes y penurias, dignas de un relato macondiano. Está la leona que ruge, no por hambre, sino por físico celo al no tener un macho con quien aparearse, urgencia que le ha tocado sobrellevar por cuatro años, ya que su compañero cayó en el ataque del 2008.

Hace rato le tengo un macho a la leona- afirma Mohammed Awaida, dueño del zoo-, pero traerlo a Gaza es de lo más complicado y azaroso.

El señor Awaida se refiere a lo peligroso que es traer animales por interminables túneles y pasadizos, en la frontera de la franja de Gaza con Egipto, mas cuando se trata de felinos.

Del más reciente león, sobre el cual  tuvimos noticia, supimos que los encargados de transportarlo no le dieron la suficiente dosis para dormirlo y el animal se les despertó en medio de uno de los túneles; el enfurecido león, claro, los atacó y los cuidadores huyeron despavoridos.

El final del avestruz no fue menos dramático al ser víctima de negligencia médica debido a una inyección mal administrada por un veterinario que sólo tenía experiencia tratando pollos y gallinas. Y el más ingenioso y veloz cruce, lo protagonizaron un par de burros a quienes los administradores del zoo convirtieron en cebrasnos por obra y gracia de unos bien trazados brochazos,  que resucitaron a los équidos rayados, de antes, los cuales también habían caído en la hecatombe del 2008. Traer nuevas cebras estaba fuera del presupuesto y el espectáculo, para los niños, tenía que seguir.

En la implementación de la taxidermia el camello -por su tamaño y la escasez de insumos-  no pudo ser disecado y perpetuado; sólo alcanzaron los materiales para las serpientes,  también caídas en combate.


Por los que más se desviven

Pero de  todos los animales, son el elefante y la jirafa los que gozan de más popularidad y aceptación entre los entusiastas niños de Gaza. De hecho, nunca han podido tener un elefante  cerca y se deben conformar con sólo las imágenes que han visto por televisión o los relatos de personas que han estado en el zoológico del Cairo, en Egipto.
Por el alto costo– cuenta el señor Awaida –, importar una jirafa o un elefante a Gaza es casi imposible, ya que traer un jirafa cuesta 250 mil dólares y un elefante 120 mil.


Un cambio de color

La novedosa iniciativa de la Compañía de Inversión en Palestina de darle  color a las tristes paredes del campo de refugiados de Shati, en la ciudad de Gaza, le dio vida al elefante que el bombardeado zoológico de Khan Younis nunca tuvo y que de haberlo tenido, de todos modos, habría sucumbido también ante el ataque.

El elefante se encuentra  ahora  estratégicamente dibujado en una inmensa pared que mira desde lo alto del campamento. El paquidermo, de un tono oscuro, pareciera querer ser -mas bien- azul y es la atracción entre los niños de esta parte de Gaza, quienes toman turnos para poder “montarlo” y obtener una gran foto, ocasión que los infantes no desaprovechan.

Los niños tienen la esperanza que este elefante les dure por mucho tiempo, pero la duda también los asalta, ante un rebrote del conflicto; en Gaza nunca se sabe.


Aprovechando la montadita
Aprovechando la montadita
Para los niños, el elefante azul no es ningún pintado en la pared. Es lo más cercano que se pueden aproximar al gran gigante de una selva lejana y desconocida: su única opción, la cual atesoran. Lo que hace falta se lo dejan a su vivaz imaginación para que lo supla.



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Epílogo de esperanza

Deben ser muchos los niños que, a la fecha, han "paseado" sobre el lomo del elefante azul en la inmensa pared amarilla que, desde lo alto, mira buena parte del campo de refugiados de Shati.

Mas temprano que tarde el elefante tendrá una acolchonada silla, que hará los “recorridos” más placenteros. Muy seguramente, con el paso del tiempo- y por las innumerables montaditas- el color que cubre parte del lomo se borrará y se necesitará una mano de pintura para restaurarlo, lo que será una esperanzadora señal que el elefante azul ha prevalecido y que la necia guerra no ha irrumpido para aguarle la fiesta a los niños de esta parte Gaza.

 Larga vida al elefante azul de Shati




Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)
Abu Dhabi (EAU) enero de 2016
Referencias
Al Awwal, R. (2015, December 29). Painters bring new life to hard-hit areas in Gaza - in pictures | The National. Retrieved from http://www.thenational.ae/world/middle-east/painters-bring-new-life-to-hard-hit-areas-in-gaza---in-pictures#5

Al-Ghoul,  A. (2013, April 16). Gaza Zoo Still Attracts Children - Al-Monitor: the Pulse of the Middle East. Retrieved from http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2013/04/gaza-zoo-difficulties.html
Fotos : periódico El Nacional de Abu Dhabi