Colombia y los Emiratos Árabes Unidos se enfrentaron en el campeonato mundial de fútbol de Italia en el año 1990 y el marcador final nos dio como ganadores por 2-0. Cierto día, queriendo buscar una reacción entre mis estudiantes emiratíes, les mostré el video con los dos goles de la victoria colombiana.
Al finalizar las breves imágenes, la reacción de
los estudiantes fue fría. Para mis adentros pensé que el silencio
obedecía a que se habían sentido ofendidos porque yo, de osado, les
había mostrado un momento para olvidar en el fútbol de su país.
Sin
embargo, esta no había sido la razón. Después caigo en la cuenta que,
para la época, ninguno de estos jóvenes había nacido, o apenas estaban
siendo amamantados, mientras sus padres, aquel 9 de Junio en Bologna,
probablemente veían el partido por TV.
A los jóvenes emiratíes no les parece interesar mucho el ayer de su fútbol, si no mas bien el hoy del fútbol internacional, más específicamente lo que pasa en España con el Barcelona y El Real Madrid; o lo que acontece en Inglaterra con el Chelsea, y el Manchester City, cuyas acciones, pertenecen a uno de los jeques de Abu Dhabi. Se saben al detalle la vida de los Messis, Ronaldos e Iniestas. Veamos este brevísimo botón para la muestra, en un diálogo que sostuve una vez con un estudiante:
A los jóvenes emiratíes no les parece interesar mucho el ayer de su fútbol, si no mas bien el hoy del fútbol internacional, más específicamente lo que pasa en España con el Barcelona y El Real Madrid; o lo que acontece en Inglaterra con el Chelsea, y el Manchester City, cuyas acciones, pertenecen a uno de los jeques de Abu Dhabi. Se saben al detalle la vida de los Messis, Ronaldos e Iniestas. Veamos este brevísimo botón para la muestra, en un diálogo que sostuve una vez con un estudiante:
Estudiante: -¿De dónde es usted ?
Profesor: -Colombia
Estudiante: -¡Falcao!
El poco interés de la gente y la baja asistencia de público, a pesar de regalarse una buena cantidad de las boletas, hacen de la ida a los estadios de fútbol en los Emiratos Árabes una actividad relajada. Demasiado tranquila para un colombiano, acostumbrado al jolgorio y las vicisitudes que acompañan un partido de fútbol en nuestro país. A diferencia de Colombia, acá es impensable oír cosas tales como:
No voy más a fútbol. Esas colas para entrar y el desorden. No, No, No!
No conseguí boleta. Tocó revendedor.
Siéntense que no dejan ver. ¿Comieron vidrio?
¡Hey, respeten las numeradas !
Ya las barras bravas se agarraron a coñazos...
(vendedor) Permisito patrón... habla... papitas... papitas...
La cultura de la bulla, del tumulto y de las papitas patrón también tiene su encanto. Claro está, siempre que esto sea recompensado con un buen espectáculo, lo que ayuda mucho a olvidar todo el sufrimiento.
Con 42 años de existencia, el futbol emiratí es tan joven como su propio país y una participación en un mundial ya es diciente de un futuro promisorio. Al haberse desvanecido las posibilidades de Brasil 2014, desde ya se comienzan a preparar para Rusia 2018 con la esperanza de una segunda participación mundial.
Formar una afición requiere de algo mas que Ferraris o figuras importadas o añoradas. Todo esto es sólo una pequeña parte del lento y difícil curso que hay que hacer para vestirse de largos en un deporte, que también despierta pasiones en el mundo árabe
Marcelino Torrecilla N
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