Un poco de...
Curiosamente para los colombianos el mismo gesto se usa para describir una gran cantidad, especialmente cuando nos referimos a personas. Lo anterior crea el escenario perfecto para la confusión y la errónea interpretación del lenguaje corporal.
De narices
El saludo de nariz lo experimenté personalmente en forma totalmente inesperada y no solicitada, cuando solo tenía un mes de haber llegado a este cálido país.
Esto sucedió cierta vez que un estudiante, al inicio de una clase, se abalanzó sobre mi nariz y me dio el saludo, para él habitual.
Por primera vez sentí lo que es estar petrificado- la falta de costumbre-. Y como al que no quiere caldo se le dan dos tazas, el condenado estudiante decidió, al término de la clase, abalanzarse de nuevo sobre mi nariz y ¡despedirse de toque por segunda vez!
Como colombiano, quien no encuentra fácil sustraerse de ese machismo asimilado, se siente que la masculinidad se va un poco de narices.
De esto hace ya casi tres años y ahora deja de ser un evento inusual.
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