Mínimo al máximo
Lo que les voy a contar no fue sacado del realismo mágico de Gabo. Sucedió en verdad.
La generosidad de un jeque
Para la extensa lista de colombianos que figuran reportados en DataCrédito y demás listas negras, su alteza sería un gran aliado y benefactor.
Lo que les voy a contar no fue sacado del realismo mágico de Gabo. Sucedió en verdad.
En
noviembre de 2011, su alteza, el jeque Khalifa bin Zayed bin Sultan Al
Nahyan, primer mandatario de los Emiratos Árabes Unidos, expidió un decreto
ordenando que el sueldo mínimo de todos los empleados federales emiratíes
-que puede ser un promedio de 16 millones de pesos colombianos-, se
incrementara en un 100%.
¡Sí, en un ciento por ciento! El corone
para los asalariados es mayor, si a lo anterior le agregamos que
dichos salarios no tienen retención en la fuente, ni estampilla pro tumbe,
o atentados al bolsillo parecidos.
O sea que, a las amas de casa
emiratíes se les mejoró ostensiblemente el diario, y muy seguramente
comenzaron a rodar nuevos Ferraris y Lamborghinis por las autopistas de Dubái, Abu Dabi y del resto del emergente país del Medio Oriente.
Y como lo que se quiere, según el presidente Juan Manuel Santos, es seguir avanzando,
no necesariamente en un Ferrari, sino en locomotora, el primer
mandatario de nuestro país debería, con tiempo, invitar a su alteza
para que haga parte del comité paritario que decida el salario mínimo de
los colombianos en el 2014, para que de alguna manera influya en la
decisión final.
Y para que les haga una realidad a los trabajadores
colombianos, la de devengar -por fin- un salario decente, es decir
$1.179.000, el doble del actual salario mínimo legal vigente, sueño
sindical y pesadilla empresarial.
La idea es simple, quien más gana, más
gasta, y cuando se gasta más, se consume más y la economía se reanima.
Esperamos con gran expectativa que algo extraordinario suceda en
diciembre con ocasión de la oportuna llegada de tan ilustre invitado.
La generosidad de un jeque
En
otro gran acto de generosidad, en una ocasión, el jeque decidió pagar
una deuda de 2 billones de dírhams -moneda local- que habían contraído
6.830 comerciantes nativos (1 dírham = 512 pesos).
Para la extensa lista de colombianos que figuran reportados en DataCrédito y demás listas negras, su alteza sería un gran aliado y benefactor.
Creo que él haría lo mismo, es decir, iría presto al rescate. Sin
embargo, no todo sería color de rosa, ya que se le atravesaría muy
probablemente un genio de la DIAN inventándose el impuesto a la generosidad para aplicárselo al gran benefactor. Aun así, pienso que su excelencia seguiría adelante con el gran gesto de desprendimiento.
¡ Bienvenida sea siempre la generosidad !
¡ Bienvenida sea siempre la generosidad !
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