Tristemente,
los curtidos beduinos se están quedando cada día con menos de sus
amigos, debido a que la población de camellos está siendo disminuida, ya
que se están muriendo al comer grandes cantidades de bolsas plásticas
que revolotean y abundan en partes del inmenso desierto
emiratí.
.
Cientos de camellos mueren cada año y lo que origina el problema, principalmente, son los rellenos sanitarios localizados en las afueras de las ciudades, de los cuales salen volando las bolsas plásticas llevadas por el fuerte viento a remotas áreas del desierto.
Otro
factor que contribuye al problema es el total desconocimiento del
enorme daño que se causa al dejar tirado en la arena cualquier
desechable plástico o de otro material no degradable.
Hay
que agregar que el plástico libera toxinas que terminan en la sangre y
órganos de los animales, incluyendo también otros rumiantes y mamíferos
nativos de estas desérticas regiones.
En una inusual campaña de concientización acerca de esta triste realidad, la artista estadounidense, Ann Savageau ha
montado una exhibición que muestra las horripilantes y amorfas rocas
como el doloroso resultado de una desdicha animal y ambiental. El mensaje es claro y contundente: ¡ Reemplacemos las bolsas plásticas !
Si la tendencia sigue, a futuro los bellamente llamados barcos del desierto dejarían a sus marineros a la deriva, al encontrarse poblacionalmente diezmados y en un alto peligro de extinción.
Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)
Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)
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