Abu
Dhabi es un lugar que ofrece experiencias inesperadas y lo mismo se
podría decir del resto de ciudades en los Emiratos Árabes Unidos. Para
la muestra, les comparto un número de situaciones que en Colombia sería
inusual encontrar.
Donde menos es más
Donde menos es más
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Placa súper pesada |
Esto quiere decir que si usted va por las calles de Abu Dhabi o Dubái y ve un carro con una placa de un dígito, el vehículo debe pertenecer o a un miembro de la familia real, o a un multimillonario como Saeed Abdel Ghaffar Khouri, joven de 25 años de edad, quien compró la placa con el número 1, por de 14.5 millones de dólares americanos en una subasta de caridad.
Todo ese billete ¡por una pinche placa!, dirían las señoras en Colombia. Y si les contara a las señoras que el magnate estuvo dispuesto a gastarse ese día hasta 27 millones de dólares por la pieza, según el artículo que cuenta esta inusual historia.
El señor Khouri le rompió el record a un familiar suyo llamado Talal Ali Mohammad Khouri quien había comprado el número 5 por casi 7 millones de dólares, unos años atrás.Como quien dice, cuando los Khouris se van de subasta, ¡Apártese... mi llave!
Con los Khouris, Colombia coronaría si consiguiéramos que nos hicieran algunas donaciones: la Teletón cumpliría la meta mucho más temprano de lo esperado y de paso nos evitaríamos el madrugón y algunas horas de transmisión.Doña Nidia Quintero de Balcázar no tendría que pegarse la caminata de la Solidaridad por Colombia -ya no esta para esos trotes-. Muy probablemente, los grandes benefactores reencaucharían el banquete del millón y hasta nos darían una mano en el día de la banderita de la Cruz Roja colombiana.
Y ni siquiera es la marca del carro lo que despierta la atracción del público, sino el número de dígitos, los cuales son apetecidos y vuelan en las subastas.
El número de dígitos es inversamente proporcional a su valor, en millones de dólares. En una reciente subasta, el número 7 se lo llevaron por 3 millones de dólares y el no muy agraciado 13 se vendió por 1.15 millones. La placa con el número uno en Dubái se la adjudicaron recientemente a su alteza Mohammed bin Rashid Al Maktoum, primera autoridad en este emirato.
La costumbre de pagar altas sumas de dinero por el número de la placa, tiene sus seguidores igualmente en Hong Kong, en donde una placa con el cabalístico número ocho, llega a valer hasta 15 millones de dólares.
Estas frivolidades numéricas hacen parte de la cultura de la abundancia y el desborde. No en vano se le llama a Abu Dhabi la ciudad del exceso: Todo se vale, por una obra de caridad y ¡bienvenida sea la generosidad emiratí!
El giro en U
Creo que en Colombia se debería revisar esta prohibición y ver más bien los beneficios de poder siempre dar un reversazo: que se nos quedó el pasaporte camino al aeropuerto; que se nos olvidó la lonchera o el trabajo manual del muchachito; ¡que se nos quedó el muchachito!
En fin. Para todo lo anterior, un simple giro en U nos ahorraría tiempo y angustia.Los dirigentes colombianos sí que se darían un banquetazo en Abu Dhabi dando reversazos a diestra y siniestra para luego practicarlos en las decisiones, y contra decisiones, que toman a diario.
La calidad de vida sube
A propósito, para un colombiano se convierte en toda una rareza que este tipo de obras se terminen dentro del tiempo estipulado. Ésta en particular la ejecutaron en aproximadamente dos meses.
Es también relevante anotar el sentido humano de la construcción al pensar en los más vulnerables, y también hacerla disponible para ellos, dándole calidad de vida a su diario existir.
Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)
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