Con
la llegada del carnaval los barranquilleros que vivimos en los Emiratos
Árabes Unidos creamos la atmósfera dicharachera que exige la ocasión y
disfrutamos la fiesta con la misma alegría e intensidad. En realidad, la
distancia para nada es un obstáculo.
Algo que sí extrañamos es la falta de un buen disfraz que nos acompañe para que la fiesta sea completa. Qué
no daríamos, por ejemplo, por tener con nosotros un vistoso disfraz de
Monocuco o la máscara de una alegre Marimonda, que muy seguramente
animaría aún más la fiesta currambera en estas lejanas tierras del
Medio Oriente.
La niña Martha
Martha es una entrañable amiga barranquillera que llegó al Medio Oriente hace 4 años. Este año está dispuesta a gozarse el carnaval y quiere la fiesta completa con los principales ingredientes: su incansable entusiasmo ñero, más una colorida máscara de marimonda. De los ingredientes, le faltaba el segundo, pero está dispuesta y decidida a conseguirlo.
De visita por el sastre
Armada
con una inmensa fotografía de una alegre máscara de marimonda, la
barranquillera entró una soleada mañana a la sastrería de Harish, su vecino y amigo indio.
(Martha saca la foto de un gigantesco sobre de manila y hace la solicitud)
“No, no, no– con ojos de espanto le responde el sastre – no la puedo hacer.
“….Pero ¿cuál es el problema?–le pregunta la sorprendida Martha– Por qué no la puedes hacer?”.
“No, no, no–con una voz temblorosa le repite el sastre– no me pida vecina que le haga esa máscara……le pido por favor que la retire de inmediato de mi vista”.
Martha salió casi en shock
del establecimiento y decidió visitar otro sastre. A medida que
visitaba sastres diferentes- fue a cuatro de ellos-, la respuesta a su
pedido carnavalero era la misma y la reacción de pavor y espanto hacia
la mascara de marimonda, se hacía más dramática e intensa. Algo que
tenían en común los cuatro sastres era su origen: todos eran de la
India.
¿Que experiencias o sentimientos evocaba la marimonda currambera en los sastres indios de Abu Dhabi?
¿Deidad descarrilada?
Especulando con mi amiga Martha sobre la razón del espanto de los sastres, pensamos que la marimonda ñera se debe parecer a alguna deidad -de las tantas que los indios idolatran- que representa la imperfección y el pecado. Pudo haber sido la deidad que se descarriló de sus preceptos y de la cual los indios debían alejarse a como diera lugar . Al final, era mera especulación. Martha no se atrevió ni siquiera a acercarse de nuevo a los sastres a ahondar en razones; de espanto ya había tenido suficiente.
En común
Si la deidad india sufrió un descarrilamiento, podríamos decir que lo mismo le sucede a la marimonda barranquillera, que una vez al año, en un contagioso marco de sana alegría carnavalera, se descarrila de la rutina, las tristezas y los afanes de la ya agitada vida.
Martha
perdió a su sastre y amigo, quien cuando la ve le tuerce los ojos, pero
no dejó de disfrutar su fiesta de carnaval completa, recortando la foto
de la máscara de marimonda (la que llevó a los sastres, ahora versión
reducida) y ajustándola a su cara con el famoso cauchito. La currambera
disfrutó de lo lindo y no dejo que el shock le aguara la fiesta.
En
el Medio Oriente una marimonda de papel sigue errante en busca de un
sastre que la comprenda, que la tome en su justa medida y que posea los
insumos carnavaleros para su creación, o sea la alegría y el color, que
son atributos universales.
Una marimonda original ya se embarcó en una solemne caja que acaba de llegar al aeropuerto soledeño, rumbo a los Emiratos Árabes Unidos, para acompañar a su hermanita gemela y alegrar los carnavales de todos los nostálgicos compatriotas.
Una marimonda original ya se embarcó en una solemne caja que acaba de llegar al aeropuerto soledeño, rumbo a los Emiratos Árabes Unidos, para acompañar a su hermanita gemela y alegrar los carnavales de todos los nostálgicos compatriotas.
Que disfruten todos el carnaval de Barranquilla.
Y quien lo vive es quien lo goza…..¡donde quiera que uno se encuentre!
Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)
Abu Dhabi Febrero de 2015
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